En 1978, la ciudad rusa de Ama –Ata, fue cede de la mayor reunión mundial sobre “Atención Primaria de la salud”. Convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ( UNICEF), contó con la presencia de 134 países y 67 organismos internacionales.
“Salud para todos en el año 200” fue una meta valiente y ambiciosa, pero incluso aquellos que la concibieron en 1978, no comprendieron su significado; el que, en reiteradas ocasiones ha sido distorsionado y mal interpretado por simplificaciones conceptuales y facilismos coyunturales, condicionados por un modelo hegemónico mundial que confunde la salud, y su cuidado integral, con una atención médica reparativa y centrada en la enfermedad”: estos eran conceptos del Dr. David Tejada de Rivero, sanitarista peruano, subdirector de la OMS y organizador de aquel famoso evento.
La salud tiene capítulos pendientes con la humanidad, fundamentalmente en cuanto a la accesibilidad y la equidad. Junto con la educación, debería constituir un bien no transable para los países del mundo, ya que pretende elevar el nivel de vida de las poblaciones.
Otro problema central es el financiamiento de la misma. En nuestro país, las políticas neoliberales y la globalización, dejaron a la salud a merced del mercado que, como se sabe, valora más la renta que la justicia y la equidad; en virtud de ese diseño, el estado se retrajo de sus obligaciones sociales, generando un progresivo desmantelamiento del sector. Los marcadores de salud y la mortalidad infantil, de ciertas regiones de nuestro país, son una vergüenza nacional; expresando la falta de educación en grandes sectores de la Argentina.
Mientras a nivel nacional estamos entrando, lentamente (como suele ser lo fundacional) en una lógica moderna, en algunas provincias prevalecen los caudillismos, las políticas prevendarias y el clientelismo. La tarea reconstructiva, luego de dictaduras y democracias corruptas, será lenta y todos debemos aportar nuestro ladrillo.
La conclusión de ALMA –ATA , “Salud para todos” continúa siendo una utopía.
Dr. Luis Alberto Laporta |